Aunque ya casi hemos acabado con el primer mes aun tengo pendiente desearos feliz año. He terminado el 2014 como el Guadiana, apareciendo y desapareciendo… pero uno de mis propósitos de este 2015 es organizarme bien para poder dedicar mis ratitos al blog. Espero que sea uno de esos propósitos que sí se cumplen porque la verdad es que lo echo de menos.
Y para empezar con buen pie me traigo una de mis últimas adquisiciones: el champú Hooney I washed my hair de Lush.
Ya había probado los champús sólidos, de hecho os hablé del flechazo que tuve con el Karma, y es un formato que me encanta. Duran muchísimo, son cómodos de usar una vez que les has cogido el tranquillo y como todo lo de Lush está hecho a mano, con ingredientes naturales y con un concepto muy ecológico ¡Qué más puedo pedir!
A la colección habitual de champús sólidos se añadieron seis más hace un par de meses y cuando tuve que renovar quería probar alguno de los nuevos fichajes. Me costó bastante decidirme pero al final me llevé el Hooney I washed my hair.
Eso sí, os recomiendo guardarlo en la lata o en una jabonera cerrada porque con el vapor se va derritiendo. Para usarlo no hace falta más que frotarlo entre las manos húmedas y aplicarlo en el pelo o directamente frotar la pastilla sobre el cabello. Es perfectamente compatible con acondicionador pero eso ya es decisión personal de cada una según el tipo de cabello que tenga.
El Karma se queda como número uno indiscutible pero el Honey I washed my hair ha sido una buena inversión ¿Habéis probado alguno de los nuevos champús de Lush?
El Karma se queda como número uno indiscutible pero el Honey I washed my hair ha sido una buena inversión ¿Habéis probado alguno de los nuevos champús de Lush?
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